Crecemos y nos desarrollamos porque nos movemos. Coartar esta función básica en el ser humano, especialmente cuando somos menores de 6 años, frena el desarrollo en todas sus fases, al privarnos del mecanismo que estimula las bases sobre donde se asentará el aprendizaje, el equilibrio, la memoria, las relaciones sociales, etc.
El movimiento nos hace descubrir el mundo, a las demás personas y a integrar todo esto con nuestro propio cuerpo y vivencias.
Una criatura que se mueve, de manera respetuosa y segura, con progenitores que potencian y acompañan esto, será una criatura preparada para integrar y entender los conocimientos posteriores, especialmente los escolares, comunicativos y emocionales.
Moverse proporciona además libertad, autoconocimiento y autoconfianza.
Básico si en casa hay peques de menos de 6 años. Especialmente menores de 3.