Este texto muy cortito es de 2016. Me ha hecho gracia ver como le daba vueltas a esto hace años. También darme cuenta que actualmente no hubiera puesto género y explicado que me refería a sexo, si no haber puesto sexo directamente.
Iba bien encaminada pero sentía que no se me entendería bien.
Por suerte, ahora sé lo que debo escribir y también sé que se me entiende de sobra. Si se quiere.
La entrada:
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Hay cosas que nunca te planteas hasta que de repente un día, te preguntas algo nuevo.
Eso es lo que me ha sucedido a mi estas últimas semanas.
Todo ha comenzado porque me he convertido en casa de acogida para gatitos de una protectora y que así tengan un lugar agradable de paso mientras son finalmente adoptados.
Mi primer inquilino misino ha sido un enano de apenas tres semanas*.
Bueno, inquilino o inquilina, no estaba nada claro.
Como en muchos animales, los felinos cuando son pequeñitos no muestran al exterior con claridad sus genitales por lo que es casi imposible, hasta pasados un mes o mes y medio, saber si es misín o misina.
Lo curioso es que mi yo interno pareció aceptarlo con tanta normalidad que hasta era incapaz de ponerle nombre al animal.
Algo dentro de mí sabía que todavía era demasiado pronto.
De forma natural he estado llamándolo misi, peque, cosita, ratoncito, etc. pero ninguno como nombre propio.
Una mañana, mientras le daba vueltas a la cabeza (cosa que hago mucho y mal/bien), me imaginé que ocurriera lo mismo con los seres humanos.
¿No sería genial no tener el sexo definido hasta los 3 o 4 años? (a esta frase me refería arriba)
Y digo sexo para que se entienda pero en realidad es el género (todo eso que hemos decidido que implica ser mujer u hombre) el problema.
Dejaríamos de estar condicionados por los anhelos paternos vistiéndonos de rosa o azul desde antes incluso de nacer.
No nos comprarían muñecas o balones dando por hecho nuestros gustos/obligaciones, ni nos pondrían nombres de esos que “se deben usar” porque era el de alguna abuela.
No seríamos producto de un consumismo y patriarcado loco actual pero, por desgracia, con bases enclavadas en siglos atrás, donde se nos condena a ser algo determinado: bonita o fuerte, sensible o trabajador, graciosa o valiente.
Solo seríamos niños y niñas. Seríamos infancia.
¿No sería maravilloso?
Todas las criaturas jugando en el parque juntas y revueltas.
Todo el mundo buscando la canastilla más cómoda o bonita sin fijarse en sus colores o lazos, o barcos/muñecas bordados.
Solo seríamos niños y niñas. Seríamos infancia
¿No sería maravilloso?
Mostraríamos nuestras (muy mal llamadas) vergüenzas en la piscina, en la playa, en cualquier lugar sin temor a represalias pues no habría connotaciones coitales y moralinas estúpidas con nuestros cuerpos.
Imposible pecar si no hay con qué.
Niños y niñas a jugar con camiones de bomberos, con ponis rosas y con disfraces de spiderman con tutú.
A ser médicos, juezas, enfermeros, camioneras…
Sólo seríamos niños.
¿No sería maravilloso?
BESOOOOOO
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Foto 1. Las provincias. Foto 2. Pinterest
